Mirando en silencio

Carter echó un vistazo al reloj y vio que todavía le quedaban cuarenta y cinco minutos de camino con esta extraña chica en su camioneta. De vez en cuando, la miraba de reojo, pero ella permanecía inquietantemente quieta, mirando al frente sin decir una palabra. El silencio entre ellos se prolongaba, añadiendo una tensión incómoda al viaje.

Carter no lograba descifrar sus sentimientos hacia ella. ¿Estaba simplemente nerviosa por estar en el vehículo de un extraño, o había algo más inquietante en la chica? Cuanto más se prolongaba el silencio, más crecía la sensación de desasosiego en el estómago. No podía sacudirse la sensación de que algo no andaba bien.

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