Polvo para el cabello y manteca de cerdo


En el siglo XVIII, las pelucas empolvadas y los peinados elaborados a menudo se mantenían en su lugar con manteca de cerdo. La mezcla de manteca de cerdo y polvo para el cabello creaba diseños imponentes, a veces con elementos decorativos como pájaros o fruta. Sin embargo, esta configuración grasienta atraía piojos y ratones.

Para proteger su cabello, las mujeres dormían en cajas o jaulas verticales para mantener alejados a los ratones. Los peinados podían permanecer intactos durante semanas, volviéndose repugnantes. A pesar de la incomodidad, estos peinados eran símbolos de estatus. Ilustran cómo la moda a veces ha abrazado la extravagancia por encima de la higiene o la practicidad.

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