El “relato perfecto en tres fotos” no exis… ¡oh!
Esta mini-serie es oro cómico puro. Primero, un niño disfruta alegremente de una merienda en la playa. Luego, de la nada, una gaviota se abalanza sobre él y se la roba.
En cuestión de segundos, la alegría se transforma en traición.
La cara del niño lo dice todo: asombro, desesperación y la amarga verdad: las gaviotas no tienen moral.
Es Buscando a Nemo en la vida real: “Mío. Mío. Mío.”
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