Oledor de axilas

En el glamuroso mundo de las pruebas de desodorantes, existe una profesión en la que la gente, literalmente, huele axilas para ganarse la vida. Estos “evaluadores de olores” pasan el día evaluando la fuerza y la longevidad de los antitranspirantes en sujetos de prueba humanos. Equipados con una nariz fina y un estómago fuerte, hunden la cara en las axilas de extraños, a veces docenas de veces por hora.
Este trabajo no solo es incómodo, sino profundamente humillante. Imagínate intentar conversar en la cena y explicar que te pagan por oler sudor. Mientras algunos evaluadores afirman disfrutar identificando “desgloses sutiles de olores”, el resto de nosotros todavía estamos tratando de procesar la imagen mental. Ninguna cantidad de dinero puede lavar el hedor psicológico.