Superando el Dolor
Mark sabía que su salud se deterioraba, pero la compulsión por encontrar la verdad superaba todas las señales de advertencia que su cuerpo le daba. Los dolores de cabeza punzantes, los mareos y la fatiga constante se habían convertido en parte de su rutina diaria. A pesar de la creciente preocupación de Emily y sus repetidas sugerencias de buscar ayuda médica, él la ignoró. Cada minuto contaba y no podía permitirse perder la concentración, no cuando sentía que estaba tan cerca de descubrir algo monumental.
Incluso levantarse de la cama se convirtió en una lucha, pero Mark se negó a descansar. Forzaba su cuerpo más cada día, aferrándose a la idea de que las respuestas estaban al alcance. Recorría la casa con manos temblorosas, revisando obsesivamente sus archivos y grabaciones de vigilancia. Ya no se trataba de demostrar que Emily estaba equivocada; se había convertido en una misión de autopreservación. Necesitaba saber la verdad no solo sobre ella, sino también sobre sí mismo, antes de que su mente y cuerpo se rindieran por completo.
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