Niños en estado de shock


Las voces de los niños temblaban mientras hablaban con el operador de emergencias. Su inocente creencia en la estabilidad de su familia había sido destrozada por el contenido del diario de Emily. Mientras describían lo que habían leído, las lágrimas surcaban sus rostros. Cada palabra llevaba el peso de la confusión y el desamor. Ya no se trataba solo de Emily y Mark, sino de todo lo que habían creído.

Se aferraron el uno al otro en silencio, tratando de encontrar seguridad en su desesperación compartida. La traición se sentía demasiado vasta, demasiado profunda para explicarla. El mundo que habían conocido había desaparecido, reemplazado por una tormenta de secretos y engaños. El sonido de las sirenas que se acercaban no ofrecía consuelo, solo la fría confirmación de que sus vidas nunca fueron lo que parecían. La verdad había salido a la superficie y nada podía detener lo que vendría después.

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