Asumiendo el Control


La reacción serena de Alan ante el fallo del juego fue simplemente increíble. Mientras otros entraban en pánico, él se acercó tranquilamente a los operadores del juego, visiblemente nerviosos, y preguntó: “¿Les importaría si le echo un vistazo?”. Su tono era seguro, pero respetuoso, atrayendo la atención sin arrogancia. El personal, claramente abrumado, asintió y se hizo a un lado. Alan examinó la mecánica del juego con una sorprendente familiaridad, moviéndose con claridad y concentración.

En cuestión de minutos, diagnosticó el problema y ofreció instrucciones precisas, ayudando al personal a implementar una solución temporal. Los curiosos observaron en un silencio atónito antes de que los murmullos de admiración se extendieran entre la multitud. Yo me quedé paralizada, incapaz de creer lo que veía. No fue solo un momento de compostura, fue liderazgo. Alan se había convertido en alguien en quien otros confiaban instintivamente en una crisis. Observarlo tomar el control de manera tan efectiva me hizo darme cuenta de cuán profunda era su transformación.

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