Maestría Oculta Revelada
Alan se movía por el campo como alguien que había entrenado durante años. Cada giro de su cuerpo, cada sprint calculado, hablaba de memoria muscular y agudos instintos. Había un ritmo en sus movimientos que se sentía natural, casi coreografiado. Verlo era como ver a alguien conectar con una parte perdida de sí mismo y finalmente dejarla salir para que el mundo la viera. No solo jugaba, sino que dominaba la atención, ganándose la admiración incluso de los espectadores más escépticos.
“¿De dónde salió esto?”, susurró un espectador, haciendo eco del asombro colectivo en las gradas. La pregunta no iba dirigida a nadie en particular; era el pensamiento tácito en la mente de todos. Alan había jugado con tal delicadeza e intuición que parecía improbable que esto fuera algo nuevo. Ya sea que siempre hubiera estado ahí o que de alguna manera se hubiera despertado por eventos recientes, estaba claro que su talento ya no podía permanecer oculto. Este era Alan a pleno rendimiento, y el efecto era electrizante.
Advertisements
Advertisements