Mi cuñado se levantó milagrosamente después de que mi esposo nos abandonara.

En busca de claridad

Con la esperanza de comprender el alcance total de la transformación de Alan, me encontré sentado en la sala de espera de la clínica que alguna vez supervisó su atención. La sala zumbaba con una actividad tranquila, pero mis pensamientos ahogaban el ruido circundante. Me aferré al borde de mi asiento, lleno de anticipación y una creciente lista de preguntas que exigían respuestas. Cuando finalmente me llamaron, el médico me saludó con una expresión amable pero curiosa, preguntándose claramente el propósito de mi visita.

“Esperaba preguntar sobre un ex paciente, Alan”, comencé, navegando cuidadosamente mis palabras. Mientras compartía mis observaciones y dudas persistentes, el médico se inclinó hacia adelante, intrigado. Escuchó atentamente, y pude sentir un cambio en su comportamiento, de profesionalismo rutinario a preocupación genuina. Cuanto más describía el resurgimiento físico de Alan, más sentía una necesidad urgente de descubrir la realidad detrás de ello. Ya no solo perseguía la curiosidad, perseguía la verdad.