¿Sin preocupaciones? Más bien, sin flotabilidad

La ironía no podría ser más densa ni más húmeda que esta: un barco, bautizado con el optimista lema ‘Sin preocupaciones’, se encuentra sucumbiendo lentamente al abrazo del mar. A medida que se hunde más y más, las palabras en su proa casi parecen burlarse de su empapada situación. Sin embargo, hay una tranquilidad cómica en la escena.

Detrás de esta embarcación que se hunde lentamente, se asoma un barco, con su tripulación afanada, preparándose para una misión de rescate acuático. El contraste es casi cinematográfico: el despreocupado barco ‘Sin preocupaciones’ en su descenso submarino involuntario, y la pragmática tripulación del barco, todo negocios, lista para salvar el día. ¡Esto le da un significado completamente nuevo a ‘irse a pique’!

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