Hace mucho tiempo existió una práctica llamada “melificación”: los difuntos eran sumergidos en miel durante décadas. Después de aproximadamente cien años, se creía que el cuerpo conservado en miel se transformaba en una golosina curativa.
Sí, algunas personas realmente creían que consumir este “dulce” humano empapado en miel podía curar enfermedades o arreglar huesos rotos. Aunque la medicina moderna ha hecho grandes avances, sigue siendo difícil comprender esta extraña creencia curativa.
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