El Chico Deshollinador

Niños pequeños, a veces incluso de cinco años, eran enviados a chimeneas estrechas para limpiar el hollín. Su pequeño tamaño era perfecto para el trabajo, pero muchos sufrían lesiones, quemaduras o incluso asfixia, lo que lo convertía en una tarea brutal y de explotación.

La protesta pública finalmente condujo a una legislación que prohibía a los niños deshollinadores y promovía alternativas mecánicas más seguras, lo que marcó una importante victoria para la reforma laboral infantil.

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