Las Cerilleras

En la Inglaterra victoriana, niñas de tan solo 12 años trabajaban en fábricas de cerillas, sumergiendo palitos en fósforo blanco, una sustancia altamente tóxica. Con el tiempo, esto causaba una espantosa condición llamada “mandíbula fosfórica”, donde sus mandíbulas literalmente se pudrían.

Las chicas soportaban un trabajo doloroso y mal pagado en aras de la producción masiva de cerillas. Finalmente, las protestas y la exposición en la prensa llevaron a reformas y alternativas químicas más seguras. Pero el inquietante legado de las cerilleras persiste como un recordatorio de la explotación industrial.

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