Lobotomías

Popularizadas en las décadas de 1930 y 1940, las lobotomías fueron consideradas una cura milagrosa para las enfermedades mentales. El procedimiento consistía en insertar una larga aguja de metal a través de la órbita del ojo para seccionar las conexiones en el lóbulo frontal. Era rápido, barato y aclamado como un avance por las instituciones desesperadas que luchaban contra los asilos superpoblados.

En realidad, las lobotomías dejaron a miles de pacientes permanentemente dañados: sin emociones, infantiles o completamente no funcionales. Algunos murieron en la mesa de operaciones. Otros quedaron reducidos a estados de zombis. Una de las víctimas más famosas fue Rosemary Kennedy, hermana del presidente John F. Kennedy. El bárbaro procedimiento cayó en desgracia en la década de 1950, reemplazado por medicamentos antipsicóticos que, aunque imperfectos, no destrozaban el cerebro con un picahielos.

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